Alguien alguna vez dijo: "Si una persona puede amar a un perro, un ave o cualquier otro animal pequeño y débil, o grande y majestuoso esa persona definitivamente puede amar a otros seres humanos también". Así, al amar a los animales, ayudamos a traer paz al mundo. Si lo hacemos juntos, no habrá más guerras entre nosotros.
Cuando amamos y protegemos a los animales, nuestra compasión se desarrollará naturalmente. Cuando los abrazas o los miras, tu corazón naturalmente se llena de amor y no se piensa en nada más. Al tenerlos en el tacto, esta aura amorosa impregnará nuestra casa, nuestra familia, y se irradiará más allá, extendiendo la atmósfera positiva al mundo.
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